La contaminación es la introducción de contaminantes nocivos que no son habituales en un ecosistema determinado.
Los contaminantes más comunes derivados de la actividad humana son:
- los plaguicidas
- herbicidas
- fertilizantes químicos
- detergentes
- hidrocarburos
- aguas residuales
- plásticos
Muchos de estos contaminantes se acumulan en las profundidades del océano. Donde son ingeridos por pequeños organismos marinos. A través de los cuales se introducen en la cadena alimentaria global. Los científicos incluso han descubierto que los medicamentos que ingiere el hombre y que no llegan a ser procesados completamente por su organismo acaban en el pescado que comemos.
Muchos de los contaminantes que encontramos en los océanos son liberados en el medio ambiente mucho antes de llegar a las costas. Los fertilizantes ricos en nitrógeno que utilizan los productores agrícolas en zonas de interior. Como ríos y aguas subterráneas locales, y más tarde se depositan en los estuarios, bahías y deltas. Este exceso de nutrientes puede provocar un crecimiento masivo de algas que consumen el oxígeno del agua. Generando zonas en las que no puede haber vida marina o apenas existe. Los científicos han descubierto 400 zonas muertas con estas características por todo el planeta.
Los residuos sólidos como bolsas, espuma y otros desechos vertidos en los océanos desde tierra o desde barcos en el mar acaban siendo con frecuencia alimento de mamíferos marinos, peces y aves que los confunden con comida. Con consecuencias a menudo desastrosas.
Las redes de pesca abandonadas permanecen a la deriva durante años, y muchos peces y mamíferos acaban enredados en ellas. En algunas regiones, las corrientes oceánicas arrastran billones de objetos de plástico en descomposición y otros hasta formar remolinos gigantescos de basura. Uno de ellos, situado en el Pacífico septentrional y conocido como el Gran Parche de Basura del Pacífico. Que tiene una extensión que según las estimaciones llevadas a cabo duplica la del estado de Texas. A principios de 2010, se descubrió otra gigantesca isla de basura en el océano Atlántico.
Contaminación acústica
La contaminación no siempre es física. En masas de agua de gran extensión, las ondas sonoras pueden propagarse a lo largo de kilómetros sin perder intensidad. La presencia cada vez mayor de sonidos de gran potencia o constantes procedentes de barcos, sónares, instalaciones petrolíferas e incluso de fuentes naturales como terremotos puede alterar los patrones de migración, comunicación, caza y reproducción de muchos animales marinos. En especial los de mamíferos acuáticos como la ballena y el delfín.
El fin de la era de la «dilución»
El hombre comienza a percatarse de la insostenibilidad de la filosofía de la «dilución». Muchas leyes nacionales y protocolos internacionales prohíben en la actualidad el vertido de sustancias nocivas en los océanos, si bien su aplicación es a menudo incierta. Se están creando santuarios marinos con el fin de mantener ecosistemas marinos prístinos. Asimismo, se están llevando a cabo iniciativas aisladas que han logrado cierto éxito en la restauración de estuarios y bahías.
El problema que esta gran concentración de plástico tiene es que la vida marina confunde el plástico con alimento y lo engullen.
El problema es que su sistema digestivo no está preparado para digerir el plástico y es muy habitual encontrar animales muertos con los estómagos repletos de objetos de plástico.
Según los científicos de la Fundación Ellen MacArthur, de no cambiar esta dinámica y dada la baja tasa de degradación del plástico, en 2050 podría haber más toneladas de plástico en los océanos que de peces.